martes, 31 de marzo de 2015

19 minutos

Tengo 19 minutos para escribir. He estado al menos 10 intentando que arranque el spotify, pero no hay manera. 5 minutos esperando que cargue la versión web  y deje de entrecortarse la muisca. Un par pensando que poner. He escogido mal, no es la música adecuada para hablar de esto. La foto que ponga tampoco los será. Quería sacar una foto de los palillos que reposan ahora mismo sobre el hule con cuadrados negros discotequeros de la mesa del comedor, palillos del ikea de Tianjin, el Ikea que es el reposo del guerrero Chino, con sus reproducciones de casas de 30 metros cuadrados, 20 metros cuadrados, 37 metros cuadrados con oriental dormitando entre sabanas Gäspa, pero el móvil se esta cargando en el suelo, no quiero molestar.

1 minuto buscando nombres de sabanas de Ikea. Me quedan 12.

Para salir a la calle. 120 AQI (Air Quality Index-Índice de Calidad del Aire) y 5 bajo cero. La polución bajo mínimos gracias al viento helador*. 

2 minutos chequeando un mensaje en el Facebook. Lo que el internet les ha hecho a nuestros cerebros.

Chinos durmientes en restaurante
de comida rápida. 
8 minutos para salir a la calle y mi única duda es si usar un tres cuartos, para poder parecerme a Dave Grohl en la entradilla de Sonic HighWays (que horrible capitulo sobre NY por cierto), o un buen anorak alpino. Creo que será lo segundo, el tres cuartos no sienta igual sin las gafas de sol, y no me apetece ser atropellado a estas horas de la noche. Aunque me he estado planteando usar mas las gafas de sol esta semana tras un arranque de neura hipocondriaca. Esta vez me ha dado por pensar que estoy sufriendo hipersensibilidad lumínica. Ya no saben (sé) que inventar. Y por otro lado, si en un país puedo ponerme gafas sin sonrojo sería en este porque cualquier extravagancia es achacable a diferencias culturales.

Usar sombrero de ala ancha: diferencias culturales.
Hacer air guitar a las 8 de la mañana camino del autobús: diferencias culturales
Hurgarse la nariz. No. Eso es costumbre local.

Publicidad china:
así mean los europeos.
2 minutos y enfundarme los vaqueros por encima de los calzoncillos largos. Probablemente 30 y pico años sin haber usado leotardos.

Por cierto, usar leotardos por la calle: diferencias culturales.
Llevar pijama por la calle: costumbre local.

Aunque se esta perdiendo. Una pena, acabaremos todos igual. Las chinas empiezan a fumar, a veces la gente respeta las colas. Se nos va a ir a tomar por culo la excusa de las diferencias culturales.


¡A la calle!
                                


Autor: El Col Chino



 *cuando escribí esto, hace meses, hacía mucho frío.



domingo, 22 de marzo de 2015

Rizando el rizo

Mi profesora de chino lleva el pelo corto a lo paje pero con rizos de caniche. Eso sí, se deja el flequillo liso como una tabla. Resulta muy extraño porque además siempre se planta una diadema dorada con pedrería delicada y brillante a modo de separación. Parece una niña sacada de los años 20 que va a hacer la comunión, solo que con 40 años y vestida de oficinista.  Es como para despedir a su peluquero que se ve que va a hacer daño, y además es reincidente; mi pobre profesora lleva así desde que la conozco.
Sin embargo, aquí, en Tianjin es más fácil que lo despidan por ser gay. Aunque habrá quien diga que ser homosexual en China ahora no es un problema. Aquí, en un lugar con una cultura tan diferente, es difícil sacar conclusiones certeras, porque cuando preguntas obtienes opiniones contrapuestas para casi todo sobre lo que se puede opinar. Aunque bueno, imagino que esto pasa en cualquier parte del mundo.
Anuncio de Tony Studio, una famosa peluquería
de este país en el que Tony pone morritos
mientras se  corta el pelo a si mismo.

Volviendo al tema importante, cuando veo tamaña tropelía de peinado, sólo puedo pensar que en tiempos de Mao esto no pasaba. De verdad, no pasaba, al menos durante la Revolución Cultural (1966 hasta 1976) e incluso hasta algo después 1978, porque la Guardia Roja además de perseguir intelectuales, realizar purgas, crear campos de reeducación en aldeas remotas y quemar libros sacó tiempo para prohibir la permanente. Desde entonces para poder sortear la interdicción había que tramitar un permiso presentando documento que diera cuenta de la necesidad de tan favorecedor estilismo para el desempeño del trabajo firmado por el jefe. Y luego, permiso en mano, te tenías que ir al grupo de salones de belleza Silian Meifa en la calle Wangfujing de Beijing- esa que hoy en día es tan famosa y vende los pinchos morunos de insectos- que era el único lugar que ofrecía ese servicio en el país, a que te ondularan: “Hola buenas, vengo a que me hagan eso de los rizos. Es muy importante para el correcto desempeño de mi trabajo: poner inyecciones y controlar el goteo del suero.” Es que el único trabajo para el que creo que haría falta tener permanente es para ser imitador profesional de Slash.
Aunque en realidad, en la práctica imagino que la mayoría no sabría siquiera que existía un tratamiento para hacer rizos, y si se sabía quizá fuera motivo para ser enviado a un centro de reeducación, por si acaso, que se empieza con un rizo y una puede acabar leyendo a Solzhenitsyn. Pero bueno, quizá haya que poner las cosas en perspectiva, porque puede que la imposibilidad de ponerse pelos de leona no fuera una preocupación acuciante para las chinas en una época convulsa con el miedo y hambre todavía rampando. Probablemente fueran cuatro chinas bien posicionadas con vínculos y buenas relaciones con el Partido las que se hicieran el peinado previa obtención del certificado al más puro estilo español: enchufe y fraude.

Fechoría textil: chaleco de peluche con colita y orejas.
En cualquier caso, por favor, me gustaría pedir desde esta plataforma de amplia difusión- mamá yo sé que tú sí me lees- que se reinstaure esa norma y que alguien controle lo que las chinas hacen con su pelo,  y ya de paso que también pongan límites a la manera de combinar la ropa: leopardo, puntillas, franela y flecos no deberían ir juntos nunca y menos en rosa.  ¡Y es que hay algunas que se ponen colita y orejas en sus modelitos!


Bueno, y una vez hecho este llamamiento, os dejo y me voy a ver si me tiño el pelo de lila, que creo que es lo que mejor queda con mis zapatillas de deporte de encaje.

Autora: La col-china.