Pronto
será Todos los Santos en España, por
lo que voy a aprovechar para seguir con el alegre tema de las Necro-lógicas
orientales. Os voy a hablar del festival
de los muertos que hacen los chinos: el Qing Ming Jie 清明节. Se traduce como El Festival del Puro Brillo. Se celebra el 4 o 5 de abril,
dependiendo del año, y la tradición manda que las familias vayan a las
tumbas de sus ancestros para presentarles sus respetos, adecentar un poco las
lápidas y regalarles cosas que puedan necesitar.
Dicen
que es una forma de venerar a los antepasados, una manifestación de la piedad
filial que, a su vez, constituye uno de los valores morales más importantes en la
cultura china. Sin embargo, a mí me
parece que es una excusa para jugar con cerillas y quemar
cosas impunemente, ole, ole y ole. Sí,
porque el modo de enviar cosas a los que han estirado la pata es hacer arder
réplicas de papel de los adminículos para el inframundo.
Los artículos más tradicionales son lingotes de
oro, dinero o caballos, pero hoy en día se puede encontrar de todo y de todas
las marcas. Así, por ejemplo, si crees que la difunta tía-abuela Eduvigis tiene
un móvil muy viejo que no hace fotos ni nada, lo lógico es que le compres un I-phone
de papel, si puede ser dorado, lo quemes, preferiblemente delante de su tumba y
así se lo haces llegar. Ah, y de paso le rezas un poco y le pides que te cuide
y te ayude a llevar una vida larga y plena.
También
es posible comprar Nesspresos, para los muertos que se levantan como zombis por
la mañana, MacMenús de papel, para matar el gusanillo del ataúd, e incluso un 7-Eleven, para que tu ancestro pueda
comprar papel higiénico si lo necesita a horas intempestivas, después de
haberse comido su MacMenú.
Las
posibilidades son infinitas, por ejemplo, puedes hacer llegar a tus antepasados
una aspiradora. Y es que es importante que tengan coqueto el nicho y que
apetezca estar. Además, si alguno de los difuntos que fue incinerado se va de
desparrame, es más fácil para el resto recogerlo con aspiradora que en coche. Aunque, si lo prefieres, también puedes adquirir coches para enviarlos al otro barrio en tu tienda
de objetos mortuorios de confianza.
En esta página podéis ver fotos de estos productos y otros que no he mencionado. A mí, personalmente, lo que más me ha
gustado es la opción de tener una sucursal bancaria postmortem. Un señor banco,
por si a tu tatarabuelo le da por abrir una cuenta o pedir una hipoteca.
Cuando
veo estas cosas me acuerdo de Jorge Manrique todo preocupado por la muerte,
venga a escribir coplas elegiacas con el
pie quebrado preguntándose “Ubi sunt” las personas y las cosas:
Pingyao |
“Tantos duques excelentes,
tantos marqueses y condes
y barones
como vimos tan potentes,
di, Muerte, ¿do los escondes
y traspones?(…)”
Y me
dan ganas de responderle: en el McDonalds, Jorge, están en el McDonalds.
De
todos modos, para ser justos, creo que la mayoría de los chinos no llegan a
comprar este tipo de cosas tan extrañas y se limitan a “enviarles” dinero, ropa
y móviles de papel. Es más, algunos no pueden hacer ni eso. Muchos viven muy lejos de su lugar de origen
y para ellos es muy complicado volver a casa por esas fechas, sobre todo porque
en el Año Nuevo Chino también es necesario regresar, y hacer en menos de cuatro meses dos viajes de una distancia que puede ser mayor que de aquí a Rusia no resulta sencillo ni barato. En consecuencia, algunos hacen
pira de “hacer pira” y se quedan en las ciudades sintiéndose culpables por ser
malos descendientes. Y, precisamente por eso, algunos comerciantes avispados
han visto un nicho de mercado y han empezado a comercializar packs de plañidero en Tao Bao. Te ofrecen un servicio que incluye media hora
de visita, veneración con reverencias, lloros y limpieza de tumba. Además, te envían un
video, para que veas que han cumplido. Lo malo es que no han solventado el
problema, porque la mayor parte de los ancianos no lo ven con buenos ojos, les sigue pareciendo irrespetuoso. Dicen que con toda seguridad los difuntos se
sentirían ofendidos si vieran que sus hijos y nietos han enviado a un extraño a
llorarles. Y es que, a veces, los
muertos son de un rígido.
Autora: La Col China.
P.S. Lamento el problema de los tamaños de fuente, pero, a veces, cuando introduzco caracteres chinos en una entrada, algunas frases se reducen automáticamente al publicarlas y no sé cómo arreglarlo.
P.S. Lamento el problema de los tamaños de fuente, pero, a veces, cuando introduzco caracteres chinos en una entrada, algunas frases se reducen automáticamente al publicarlas y no sé cómo arreglarlo.